Reseña de "Los sueños heroicos", por Relibro


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 Fernando Ontañón (Santander, 1972) ya es un viejo conocido de este blog. Lo descubrimos con Mi vida en otra parte y desde entonces no le hemos perdido la pista. 

Esta vez nos traslada A Xinescas, en la comarca catalana del Priorat, un lugar estrechamente ligado al cultivo de la vid y la elaboración de vinos. Allí llegarán Lana y Waldo en los años noventa, dispuestos a iniciar una nueva vida alejada de Madrid y del exigente mundo laboral en el sector de la publicidad, donde han ganado un dinero que han gastado como si les quemara en las manos. Todavía jóvenes, todavía con sueños e ilusiones por cumplir, se lanzarán a la aventura de montar un hotel rural de turismo enológico.

Ontañón nos cuenta su historia alternado dos hilos temporales, el de los años noventa: el inicio de su historia de amor con Lana, su trabajo como publicista y, después, las vicisitudes del montaje del hotel; y el del 2019, cuando, casi veinticinco años después de su llegada, se va a celebrar la fiesta de despedida y de jubilación, pues Lana tiene ya trazados los planes para la vejez de ambos.

A los personajes de Ontañón te los crees, eso ya lo sabíamos, son tan humanos en sus virtudes y sus miserias, tan como nosotros, que cuesta no practicar la indulgencia con ellos, porque en sus faltas nos reconocemos. El caso es que Waldo, ya sesentón, está cada vez más ensimismado, no se implica en las tareas del hotel, parece que la dejadez y el desencanto lo han desgastado; Lana, una mujer audaz y sobrada de arrojo, se siente cada vez más sola, al mando de todo y de todos. Su relación de pareja, inevitablemente, se resiente. Waldos y Lanas todos conocemos, pero también a Godo, Ernesto, Claudio, Koldo…, ese puñado de amigos y familiares que rodean a los protagonistas están tan bien perfilados como ellos. 

Con las referencias culturales a las que nos tiene acostumbrados Ontañón (escritores, músicos de jazz…)sus diálogos naturales y sus acertadas reflexiones (aunque a veces sean demoledoras de tan ciertas), Los sueños heroicos, además de una novela sobre nuestros anhelos y proyectos, es también una historia de amor, la de Waldo y Lana, y de amistad, de vínculos que, sin ser de sangre, son tan fuertes o más. 


Ana Doménech

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