La ideología de la salud
EL ROTO |
Aprovechando
la coyuntura de la estafa financiera que hemos vivido recientemente, cuyas
consecuencias continuamos sufriendo a pesar de que los ecos del escándalo
parezcan amortiguarse, el gobierno del PP se lanzó a recortar los presupuestos
de la Sanidad Pública con una euforia tan desatada, que parecía que llevasen
largo tiempo esperando el momento, la excusa perfecta, para hincarle el diente
al último gran negocio por exprimir convenientemente en nuestro país: la salud
de las personas.
Además
de toda una serie de medidas encaminadas a tratar de deteriorar la prestación
de los servicios sanitarios, lo que les permitía argumentar a favor de las
privatizaciones como la panacea de la eficiencia, dadas las deficiencias
(provocadas por ellos mismos) del sistema público… Además del copago y de las
diversas campañas difamatorias contra muchos profesionales que defendían la
viabilidad del sistema y denunciaban el dañino negocio de las privatizaciones…
Además de todo esto, recordarán, llegaron a abolir el carácter universal de
nuestro sistema de salud. Los extranjeros, los inmigrantes, e incluso los
españoles sin trabajo, perdieron el derecho a la asistencia sanitaria gratuita.
Por supuesto, antes de hacer efectivas estas leyes, se emplearon a fondo en
propagar todo tipo de ideas xenófobas, leyendas urbanas sobre el turismo
sanitario y ese miedo tan humano a perderlo todo a mano de ¡las hordas
invasoras!… y de los vagos, claro.
Pues
bien, ahora resulta que un sondeo del Instituto Europeo para la Ciencia, los
Medios de Comunicación y la Democracia, en colaboración con la Unión Europea,
incluye la siguiente pregunta: “¿El acceso al cuidado de la salud gratuito debe
dársele a todos, independientemente de sus elecciones en estilos de vida?” El
periodista, de El País, titulaba la noticia así, “¿Deben tener sanidad gratuita
los fumadores, los obesos y los bebedores?” Pero, ya puestos, por qué no
preguntarnos también: ¿y los conductores o los deportistas?, personas tan proclives
a accidentarse o lesionarse… ¿Y los ancianos?, que lo pillan todo… ¿Y los
pobres, los sin techo?, los más desarraigados, cuyas condiciones de vida son
tan insalubres… La majadería de la pregunta no es más que una suerte de globo
sonda en la misma línea ideológica que las leyes sanitarias del PP. Los
analistas ya estarán al acecho, a ver cómo respira el personal. Cada vez peor,
me temo, en esta Europa insolidaria.
Magnífica columna. Cuando leí la noticia me quedé igual de estupefacto y también pensé que era un aviso de lo que quieren traernos. El TTIP debe de estar muy avanzado. En breve lo comentamos. Un abrazo.
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