PALABRA POR PALABRA. El kitsch de la historia


Javier Cercas en la librería Lume, A Coruña.
La semana pasada, el Ateneo Republicano de Galicia se trajo a Javier Cercas a la librería Lume, en A Coruña, para hablar de su nueva novela, El impostor. Cercas, libro a libro, y sin necesidad de presentar programas de televisión ni ser sospechoso de otros manejos mediáticos, se ha labrado una merecidísima reputación literaria que, por si esto fuera poco, ha tenido también la virtud de conectar con el público. Quiero decir que no es un escritor de minorías, como la gran mayoría de los escritores de este país, sino uno bien conocido y bien admirado por su talento narrativo, por sus libros y no por su vida o su pasado o cualquier otro elemento ajeno a su quehacer literario. Lume es una librería coqueta y de gran solera, pero, en mi ingenuidad novelera, me parecía demasiado pequeña (y me refiero al espacio y no al contenido que, por el contrario, es rico y variado y, por lo tanto, en ese sentido, la convierte en una librería grande) para albergar una cita con alguien como Cercas. Y he de decir que fui hasta allí convencido de que no encontraría sitio para verlo, que aquello estaría abarrotado. Pero, como ya se imaginan (y tal y como me dijo hace poco un amigo: “somos pocos los elegidos”), no tuve problema para encontrar una silla y disfrutar de la interesante charla de Cercas, muy bien acompañado por el psicoanalista Manuel Fernández Blanco, que acertó a trazar el semblante patológico de Enric Marco (el impostor, el hombre que se hizo pasar por un superviviente de los campos nazis y llegó a presidir durante tres años la Amical de Mauthausen), el personaje real de la novela sin ficción de Cercas, cuya biografía constituye, sin embargo, una ficción tan monumental como la más elaborada y tramposa de las novelas. Marco se inventó una vida a la medida del interés de los medios de comunicación y de las modas políticas, una vida de gran colorido en su superficie, pero sin ningún calado histórico, estético o moral; una vida sembrada de tópicos y giros sentimentales, de heroicidad pueril… el cliché de una vida en la clandestinidad, de un perseguido, de una víctima, de un resistente, de un héroe novelesco, precisamente. Una vida de bestseller, “puro kitsch”, según el propio Cercas, puro producto de consumo que, como tal, obnubiló a unos y a otros y puso al descubierto las débiles certezas que sustentan nuestras más íntimas convicciones.

Comentarios

Entradas populares