PALABRA POR PALABRA. Historias de nuestra historia


Javier Cercas
Me gustó mucho Las leyes de la frontera (2012), la última novela, hasta la fecha, de Javier Cercas, sin duda uno de los escritores más potentes de la actual narrativa española. Por méritos propios, a golpe de una prosa cada vez más personal y cautivadora Cercas se ha hecho un hueco en ese selecto grupo de escritores nacionales cuyo talento literario está a la altura de su buen nombre y, eso espero también, de las ventas de sus libros. La literatura de Javier Cercas se cocinó al fuego lento de sus tres primeras obras (El móvil, El inquilino y El vientre de la ballena) que obtuvieron eso que llaman “una tibia acogida”, lo que en realidad significa que, si bien algún crítico llegó a leerse alguna de ellas, los libros pasaron de largo por los estantes y escaparates de las librerías, lo que de hecho es un sólido impedimento para encontrar lectores. Su perseverancia y esa madurez narrativa cultivada casi en la clandestinidad pusieron finalmente a Cercas en el lugar que le correspondía, al alcance de sus lectores, con Soldados de Salamina (2001), novela donde autor, narrador, realidad, ficción e historia confluyen para relatarnos, a partir de una anécdota maravillosa entre un soldado republicano y un falangista, una historia que indaga en el pasado y en la memoria de este país con una frescura admirable. En su siguiente novela, La velocidad de la luz (2005), Cercas continuó explorando la autoficción en un momento en que esta técnica literaria (ya entonces de largo y célebre recorrido) empezaba a propagarse como un virus al que pocos escritores serían inmunes en los años posteriores. Sin embargo, en 2009, y de forma magistral, nuestro autor supo desmarcarse de esa moda, a la que él mismo había contribuido, con Anatomía de un instante, un ensayo que parece una novela y con el que conseguiría el Premio Nacional de Narrativa 2010. Ahora, con Las leyes de la frontera, da otra vuelta de tuerca a su narrativa y, sin perder la esencia de sus inquietudes literarias (la memoria, la historia, la libertad individual, la incertidumbre y extrañeza de la naturaleza humana, los condicionantes del éxito y del fracaso…) acierta a convertir otra parte de nuestro pasado en puro entretenimiento novelesco: la historia del Zarco (personaje inspirado en el Vaquilla) y de su banda de delincuentes juveniles en la España de la transición. Se lee sin respiro.


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