PALABRA POR PALABRA. Taxidermia cultural
Publicado en el diario La Opinión A Coruña (suplemento Saberes) el día 28-9-2013
La cultura en nuestro país va camino de convertirse en un objeto de
museo. Las generaciones venideras podrán visitarla en alguna de las megalómanas
ciudades culturales que nuestros gobernantes llevan años levantado a lo largo y
ancho de nuestra geografía (con celo previsor y sin reparar en gastos) para su sempiterna
conservación, en formol. La cultura en formol es menos molesta para el poder
político y económico y resulta mucho más sencilla y accesible para el pueblo
(nosotros, los súbditos de tales poderes), puesto que para su contemplación y
disfrute no se requiere el menor esfuerzo intelectual, como las cosas que nos
ponen en la tele. La taxidermia cultural es la actividad favorita de alcaldes,
concejales y ministros del ramo desde hace ya algunos años. Prefieren el
continente al contenido. La cultura únicamente como un espectáculo de masas, un
reclamo económico o patriótico, una marca publicitaria. Se llenan la boca de
“cultura” pero a nosotros no nos llega más que su mal aliento. Están matando la
cultura y maquillando su cadáver. La excusa de la crisis, la simplificación de
las relaciones humanas a modelos económicos, la rentabilidad como único fin de
cualquier actividad, el enriquecimiento y la fama como arquetipos del éxito
personal… todo este desenfreno neoliberal no solo está impidiendo el acceso de
muchísima gente a la verdadera cultura (la que está viva y no disecada, la que
nace del fruto de la inteligencia y del estudio, del talento pero también del
trabajo duro, sostenido en el tiempo y a menudo poco o nada recompensado) sino
que está propiciando su disolución. Convertir la cultura en un producto de
consumo sin duda será rentable para unos pocos, pero dejará a oscuras a todos
los demás. A pesar del mundo plural en el que aparentemente vivimos, de la
libertad ilusoria de internet y la democracia virtual de las redes sociales
(democracia con valor en bolsa), el desprecio y la indiferencia por la cultura
nos traerá un futuro en el que todos acabaremos leyendo el mismo libro, viendo
la misma película, escuchando la misma música; pensando más o menos lo mismo. Nos
quedarán los museos, los grandes parques temáticos donde podremos acudir con
toda la familia para ver la cultura tras una vitrina, del mismo modo que hoy contemplamos
a esos dinosaurios inertes y extinguidos, ¡y, por supuesto, las fiestas
populares!
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Cidade da Cultura, Santiago de Compostela |
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Campaña en Change.org, para reclamar al Gobierno de España que aplique un IVA reducido a la cultura. |
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