PALABRA POR PALABRA. El fumeta

Publicado en el diario "La Opinión A Coruña" (suplemento Saberes) el día 6-4-2013

¿No tienen ustedes la sensación, de un tiempo a esta parte, de vivir inmersos en una novela barata, en uno de esos best sellers colmados de intrigas y situaciones tan estúpidas como inverosímiles? La realidad parece hoy una mala ficción, el guion de una de esas películas que todos los canales emiten a granel en las sobremesas. Hemos pasado de un programa electoral ficticio, escrito quizá por algún epígono de Walt Disney, que el gobierno ha incumplido sistemáticamente en un alarde de verosimilitud que no se cree nadie, a una contabilidad en B, esta vez de película de Al Capone, que es el reverso tenebroso de las cuentas de un partido subvencionado por todos (como el cine español que tanto parece molestar a algunos) y que a todos nos gobierna. ¿Qué más? Tenemos picaresca española, de la buena, o humor inglés, según se mire, Fernando de Rojas o David Lodge: amores empalmados y desfalcos palaciegos confundiéndose en el desbarajuste de una amnistía fiscal pergeñada, nos habían contado, para recaudar y que, finalmente, solo ha servido para que los estafadores de siempre laven la mierda de sus fortunas. El presidente del gobierno parece puro H.G. Wells, el verdadero hombre invisible, ¿alguien lo ha visto? Por otro lado, la ficción de baja calidad en la que vivimos instalados nos ha proporcionado todo tipo de falsos aeropuertos, falsas Cajas de Ahorros, falsas hipotecas, falsos genios de la economía (véase Rodrigo Rato), hasta falsos empresarios modelo (véanse sucesivos presidentes de la CEOE). Hay más; la farsa llega hasta la trama de los ERE, eres de ficción que producen dinero real, contante y sonante, como se suele decir. Al partido socialista se le sigue esperando, y es que, tal vez, se trate también de una oposición ficticia, ideada por el mismo guionista que se cargó de un plumazo al juez que había empezado a tirar del hilo del entramado de esa telenovela del caso Gürtel. Por si esto fuera poco, o, al margen de todo esto, nuestro país retrocede otro año más a la Edad Media, ni eso, al franquismo. Encapuchados, santurrones, vírgenes, sotanas y ese olor a sacristía que es como un viaje en el tiempo, otra vez Wells, pero en cutre, marchando por esas calles futuristas de nuestras ciudades que tienen nombres como General Mola o General Sanjurjo. ¿Y el bochorno mediático de la fumata papal? Sólo un fumeta ha podido escribir una ficción como ésta.

Comentarios

Entradas populares