PALABRA POR PALABRA. Maldita la gracia
Publicado en el diario "La Opinión A Coruña" (Suplemento Saberes) el día 5-1-2013
Hoy en día las novedades editoriales enseguida
pierden ese brillo de actualidad con el que son ungidas en las librerías a su
llegada. La fabricación en serie de best-sellers y esos otros volúmenes con
nombres o fotografías de personajes televisivos en sus portadas entierran bajo
quilos de insustancialidad los libros verdaderamente importantes; digamos que vuelven urgente lo que siempre ha sido una
actividad sosegada, el placer de rebuscar entre libros confiando en ir a
encontrar algo que todavía no haya sido empaquetado y devuelto a la editorial o
descatalogado en tiempo récord. Uno de esos libros que quizá aún podamos
encontrar si escarbamos lo suficiente es A
saúde como negocio (Laiovento 2012), y ya me dirán si la paradoja del
título no es como un éxtasis de actualidad. Pablo Vaamonde, coordinador de este
conjunto de artículos escritos por diversos profesionales de la sanidad acerca
del riesgo que entraña abrir las puertas del sistema público de salud al
capital privado, señalaba, precisamente, que en Madrid, “las empresas privadas
que gestionan los hospitales inaugurados en la legislatura de Esperanza
Aguirre, en el mes de mayo de 2011 reclamaron a la Comunidad 80 millones de
euros más y el incremento del canon anual en otros 9,2 millones. Advertían de
que, en caso de no acceder a sus reclamaciones, se produciría un “colapso” en
el funcionamiento de los hospitales. El chantaje es claro. Pretenden desviar
dinero público para garantizar el beneficio privado”.
Empieza el año y podríamos pensar que las cosas
solo pueden ir a mejor, pero lo mismo creímos muchos cuando dimitió Esperanza
Aguirre y ya ven lo que ha pasado: un tipo al que, en realidad, nadie ha
votado, Ignacio González, ha conseguido aprobar la mayor privatización de la
Sanidad Pública de toda la democracia. Meses de protestas y huelgas de médicos
y profesionales del sector sólo han servido para que la democrática
“inteligencia” de este tipo concluya que debe limitarse el derecho a huelga de
sus ariscos conciudadanos. A partir de ahora, la Sanidad será un negocio para
el puñado de empresas que gestionará seis hospitales y veintisiete centros de
salud en Madrid. Al mismo tiempo, los hospitales privatizados con la misma
fórmula en Valencia reclaman que se les aumente el mencionado canon anual
previamente pactado. Se están burlando de nosotros, y maldita la gracia.
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