PALABRA POR PALABRA. Inquisidores

Publicado en el diario "La Opinión A Coruña" (suplemento Saberes) el día 19-1-2013

Federico García Lorca (1898-1936)
Escribe Juan Cruz alertándonos de una conspiración contra el libro (El País, 10-1-13). Dice que quienes deberían velar por él lo están dejando morir con el pretexto de que se está muriendo. Dice: “Es curioso: lo están matando y dicen que se muere”.
La excusa de la crisis se nos ha ido de las manos. El miedo, la incertidumbre, la sumisa veneración al sistema financiero y a sus trajeados próceres, ha permitido que una renovada, y al parecer todavía santa, Inquisición Económica, alentada por toda suerte de Torquemadas, esté sembrando el país de piras en las que día tras día vemos arder derechos que creíamos fundamentales o, en nuestra ingenuidad, de sentido común. Asistimos atemorizados a cada nueva condena: la Educación, la Sanidad, la Justicia, la Cultura… todas ellas nuevas formas de herejía en su condición de servicio público. Porque la idea de estos inquisidores es que toda actividad que no produzca un beneficio económico cuantificable o especulativo que satisfaga a la divinidad del Mercado, debe ser sometida a tormento hasta que renuncie a su naturaleza social y se acoja a los preceptos de la única fe verdadera: la privatización. Y una forma artera y sofisticada de lograr sus objetivos consiste, precisamente, en permitir que el sistema público se deteriore hasta tal punto que su inminente defunción acabe justificando la necesidad de privatizarlo, o de dejarlo morir en paz. “Lo están matando y dicen que se muere”. La Educación y la Sanidad públicas, el acceso a la cultura, garantizan la igualdad de oportunidades, son las bases de una sociedad verdaderamente justa. Si permitimos su desmantelamiento, estaremos renunciando a nuestra condición de ciudadanos libres. Seremos súbditos del poder económico, un devoto rebaño de consumidores confiados en la promesa de un más allá en forma de místico superávit.
“Yo, si tuviera hambre y estuviera desvalido en la calle no pediría un pan; sino que pediría medio pan y un libro. Y yo ataco desde aquí violentamente a los que solamente hablan de reivindicaciones económicas sin nombrar jamás las reivindicaciones culturales... Bien está que todos los hombres coman, pero que todos los hombres sepan. Que gocen todos los frutos del espíritu humano porque lo contrario es convertirlos en máquinas al servicio del Estado, es convertirlos en esclavos de una terrible organización social.” Federico García Lorca.

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