PALABRA POR PALABRA. Palabras para la salud
Pablo Vaamonde García |
Edicións Laiovento acaba de publicar A saúde como negocio, una reflexión
sobre la actual situación de incertidumbre que vive la sanidad pública en
nuestro país a raíz de los progresivos recortes presupuestarios que nuestros
gobernantes, escudándose en una crisis financiera perfectamente ajena al
Sistema Nacional de Salud, han aprobado en los últimos tiempos, propiciando un
sensible deterioro tanto en la calidad de la asistencia médica como en la
imagen de un servicio público que, hasta ayer mismo, gozaba de un reconocido
prestigio gracias a su alta cualificación profesional y a su decidido carácter
universal.
A saúde como negocio recoge una serie de artículos
de diferentes profesionales de la medicina cuya coordinación corre a cargo de
Pablo Vaamonde García, médico de familia, escritor y colaborador en diversos
medios de comunicación: “Todos os autores deste libro somos persoas
comprometidas coa defensa da sanidade pública”. Por lo tanto, y como explica el
propio Vaamonde, “trátase dunha achega seria e documentada, mais non imparcial;
expoñemos argumentos e análises útiles para comprender as estratexias postas en
marcha desde a Xunta no terreo sanitario e o grave risco que representan para o
futuro inmediato da sanidade pública”.
El libro parte de la idea de que todos estos
recortes, este desprestigio impulsado desde las propias instituciones públicas,
responde a una estrategia de privatización que pretende acabar con el modelo
sanitario actual para convertirlo en el negocio próspero de los grandes grupos
empresariales al acecho de un mercado que hasta ahora tenían vedado en nuestro
país. No en vano, el presidente de la Xunta de Galicia acaba de proponer
“experimentar la privatización de lo que no sea el núcleo duro de la sanidad”
(La Opinión A Coruña, 22-5-2012), lo que ya no deja lugar a dudas.
En una sociedad en la que el dinero constituye la
verdad absoluta, en la que el éxito o el fracaso se miden únicamente en
términos económicos, en la que hasta los grupos de rock están al servicio de
las multinacionales… nuestro sistema de salud me parece una isla de solidaridad
y de esfuerzo cívico, un modelo de esa “economía humanista” que reclama José
Luis Sampedro. Vivimos las consecuencias de la loca especulación inmobiliaria
que tan ricos y felices nos iba a hacer a todos… ¿Estamos dispuestos a
especular también con nuestra salud?
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