Palabra por palabra. Literatura digital
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Lucía Etxebarria |
Parece ser que la escritora Lucía Etxebarria decidió
anunciar, a través de las redes sociales, su intención de no volver a publicar
una novela durante un tiempo indefinido en vista del aumento de descargas
ilegales de su último libro y el consiguiente descenso en las ventas. Parece
ser que este anuncio ha desatado la ira de muchos de sus “seguidores” en las
redes o, simplemente, de muchos usuarios de estas redes, que, según la propia
autora, se han prodigado en insultos web (que alentados por el anonimato suelen
ser excesivos y desinteresados). Probablemente (déjenme pensar así), la gran
mayoría de los insultadores de Etxebarria ni siquiera habrá leído su novela,
tampoco la versión pirata (y me costaría creer que hubiesen leído alguna otra
novela en su vida), pero, en tales foros, supongo que no es imprescindible, ni
siquiera aconsejable, poseer el menor conocimiento sobre nada, ni la menor
educación ni el menor respeto. No obstante, parecería ingenuo que Lucía Etxebarria
se escandalizase ante tan desproporcionada y maleducada respuesta “social”
teniendo en cuenta los precedentes y concediéndole, como escritora y usuaria de
las redes sociales, cierta capacidad de observación del mundo en que vivimos.
La escritora, que es libre de escribir y dejar de
escribir cuando mejor le parezca y por las razones más ligeras o profundas, ha
querido llamar la atención sobre las descargas ilegales que, hasta hace bien
poco, parecía un problema exclusivo del cine y la música y que, a partir de
ahora, empezará a serlo también de la literatura, con la ligera desventaja para
este gremio, como apunta Etxebarria, de que el escritor cobra exclusivamente
por copia vendida (un 10%), y el tiempo medio de escritura de una novela (salvo
en el caso de Stephen King y otros velocistas) suele rondar los dos o tres años
de intensa dedicación.
Otro escritor, Fernando Sánchez Dragó, en una
entrevista concedida al diario “La Opinión A Coruña” (20-12-2011), decía:
“Internet es el fin del mundo; es la desaparición de la literatura, el fin de
la música, de los periódicos, del cine...”. No creo que debamos ser tan
catastrofistas. Del mismo modo que nadie nos obliga a ver telebasura, tampoco
debemos rendirnos a la utilización más zafia de la tecnología. Está en nuestra
mano hacer un uso inteligente de Internet. Yo, de todos modos, para la novela, sigo
prefiriendo el papel.
Es cierto que ha habido una avalancha de críticas contra Etxebarría, pero también es cierto que a Internet habrá que amoldarse porque es lo que hay.Para músicos,directores ,escritores y si me apuras hasta comerciantes,carpinteros o agricultores. Todos lo tenemos que hacer o moriremos profesionalmente.
ResponderEliminarLa otra solución es prohibir, y es muy, muy peligrosa porque seguro que de paso eliminaría muchos derechos y libertades.
Y sobre Dragó, lo mismo que sobre Sostres o Prada,para mi son maestros del disparate, talibanes de la noticia.Porque de lo contrario serían ignorados.