FICCIONES. "Ficción"

Publicado en el diario "Galicia Hoxe" (enlace texto en gallego) el 13-2-2011

Me gusta el cine que posee cierta vocación literaria. No me refiero a películas que versen sobre ilustres escritores, o que estén basadas en homónimas novelas, sino aquéllas en las que el lenguaje narrativo comparte, en la medida de lo posible, elementos reconocibles también en la buena literatura. Supongo que conseguir este efecto, para mí especial, no recae tanto en el guión como en la mirada personal que el director pueda imprimir a la historia. No es cuestión de abrumar al espectador con diálogos espesos o tediosas voces en off que, en la mayoría de los casos, suelen resultar artificiales y excesivas. Se trata de transmitir con imágenes lo que las novelas desgranan a golpe de palabra. Vaya por delante que mis conocimientos técnicos sobre cine se ciñen a una mejor o peor elección de fila y butaca, por lo que estas apreciaciones deben tomarse como lo que son: esporádicas reflexiones de un espectador aficionado a la literatura. Al igual que hay escritores capaces de transmitir sensaciones físicas muy concretas a través de sutiles apreciaciones sensitivas (no recuerdo ahora quién fue el que dijo que leer a Hemingway le abría el apetito...) hay directores que consiguen generar todo un monólogo interior con un paisaje, con un silencioso plano de su protagonista.
Ficción (2006) es una película del director catalán Cesc Gay, cuyo título hice mío para esta humilde sección. La historia transcurre en el Pirineo, donde un director de cine pasa unos días en casa de un amigo para tratar de escribir el guión de su próxima película. Allí, conoce a una violinista que también está de paso y con la que entabla una relación que el espectador sólo advierte a través de un juego sutil de miradas, silencios e insinuaciones que desvelan no sólo la atracción del protagonista, sino la complejidad inefable de sus sentimientos, cierta crisis interna (“todos lo estamos un poco ¿no?” —en crisis—, advierte un personaje). La historia termina dejándonos el gusto, la intuición, de que acabamos de ver la película que, precisamente, el protagonista fue a escribir a aquel lugar del Pirineo. Cesc Gay, me parece un director fantástico, Ficción, cine del bueno. No obstante, el cine español, como la literatura española, sigue siendo eso tan difícil de encontrar en carteleras y librerías de nuestro país.

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