Nuevas librerías, otros bares
Y
por eso, y sin querer parecer ingenuo, porque la realidad de nuestro país es de
absoluta precariedad en casi todo y muy especialmente en lo relacionado con los
libros y sus exiguos lectores, me gustaría señalar y destacar aquí dos
valientes iniciativas que he conocido personalmente, dos nuevas librerías que
han abierto sus puertas en el último año, dos negocios, o pasiones, a
contracorriente de la economía y del sentir cultural dominante. Una está en
Segovia, frente al acueducto, y se llama Intempestivos; la otra en A Coruña, en
la Ciudad Vieja (junto a Puerta Real) y se trata de Berbiriana, libros e grolos.
Son tiempos duros para montar cualquier negocio, cuanto más uno que, como
apuntaba Llamazares, se encuentra en serio peligro de extinción.
Ambas
librerías comparten, además del buen gusto estético y literario, el hecho de
haber integrado en sus locales un espacio de bar o café, con lo que uno puede
pasar una tarde estupenda hojeando algunos libros mientras se bebe unas
cervezas o viceversa, y salir de allí doblemente feliz y quizá con un ejemplar
de la gran Carson McCullers, o del no menos extraordinario Stefan Zweig (por
nombrar a dos escritores que creo que gustan mucho en una y otra librería),
bajo el brazo.
Me
parece admirable que en medio de todo este desastre, entre las ruinas,
florezcan proyectos como Intempestivos y Berbiriana. Ojalá les vaya muy bien y
acaben surgiendo muchos otros. Tal vez así, tengamos alguna esperanza.
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