Dios, Rey, estripe y twitter
En Nueva Tribuna (20-6-2015)
Mientras
Cristina de Borbón y su marido venden su doméstico palacete de Pedralbes por unos
discretos siete millones de euros y el rey arenga a la nobleza (duques y otros
“grandes” de las revistas del corazón), recordando la exigencia que supone eso
de “llevar un gran nombre”. Textualmente: “En la España constitucional sabéis
bien que vuestros nombres no comportan más que un gran honor; honor que implica
responsabilidad y conlleva unas obligaciones para con vuestros antepasados, con
vosotros mismos y con España”. Mientras el arzobispo de Santiago clama contra “la
indiferencia religiosa” y “el olvido de Dios” a propósito de la sensata
decisión de los nuevos alcaldes de Santiago y A Coruña de no participar en
ofrendas, misas y procesiones católicas en nombre de la ciudadanía, y, por si
esto fuera poco, se acerca una nueva edición de la muy internacional tomatina
de Buñol… Mientras seguimos anclados a esta España medieval, el país entero se
lleva las manos a la cabeza por los cuatro chistes que el que iba a ser
concejal de cultura de Madrid vertió en Twitter hace ya algunos años, mucho
antes de iniciar su aventura política. Los chistes de Guillermo Zapata ya los
habíamos oído antes, siempre han circulado por ahí. Los hay peores, tanto o más
desagradables. Hay chistes sobre negros y gitanos, sobre homosexuales (en
realidad, sobre “maricones”, por si alguien no cae ahora mismo)… en fin, la
lista es larga. Zapata ha sido elegante en sus disculpas y en su retirada. No
ha buscado excusas para justificarse. Del contexto (que lo hay) en el que
decidió incluir esos chistes se ha hablado poco. Ahora ya no importa, tras
semejante ataque mediático todo sonará a excusa vaga e insuficiente.
Prescindamos, pues, del contexto y, al grito de sálvese quien pueda, que cada
uno se haga responsable de los chistes que haya contado en el pasado y se
guarde mucho de los que vaya a contar a partir de ahora, aunque sean de Joaquín
Reyes, de Chiquito o del mismísimo Gila.
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Guillermo Zapata (Foto: http://www.eldiario.es/) |
Y
es que si tiramos de hemeroteca… Allá por los años ochenta, por poner un
ejemplo, el diputado Rajoy escribió algunos artículos en el Faro de Vigo donde decía cosas como “La
estirpe determina al hombre y es un hecho objetivo que los hijos de buena
estirpe superan a los demás… La desigualdad natural del hombre viene escrita en
el código genético…”, y ¿saben qué es lo peor? Que no se trataba de ningún
chiste.
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