Publicado en el diario "La Opinión A Coruña" (suplemento Saberes) el día 2-2-2013
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Paul Auster |
En 1999, el pianista de jazz Jeff Gardner publicó un
disco, titulado The music of chance (La música del azar), cuyas composiciones
estaban inspiradas en la escritura de Paul Auster. Además del título, otras
novelas de Auster daban nombre a muchos de los temas del disco: Mr. Vértigo, Leviathan, Moon Palace…
Lo abstracto del empeño podría parecernos algo caprichoso, sin embargo, siempre
he creído que el ritmo que un autor imprime a sus textos, y que el lector
escucha o siente casi de forma inconsciente cuando las palabras y las frases
cobran vida en su cabeza, guarda una relación estrecha con la cadencia de la
música. Por esta razón, y quizá por otras muchas, me gusta escuchar música
mientras leo y, con el tiempo, he ido adquiriendo cierta destreza a la hora de
escoger las bandas sonoras más adecuadas o que mejor realzan el ritmo de las
palabras y la hondura de las historias de mis escritores favoritos. Sin duda, a
Paul Auster el jazz de Gardner, también el de muchos otros intérpretes y
compositores, le sienta estupendamente. Y es que, del mismo modo que ocurre con
esas melodías ágiles y vibrantes, las ficciones de Auster nos conducen por
insólitos recovecos de la imaginación al ritmo sincopado de su estilo
narrativo. Igual que Art Tatum o Thelonius Monk, sus historias (melodías)
parecen desdoblarse y escapar a la lógica del argumento (partitura) con
virtuosas acrobacias que, sin embargo, no son sino variaciones melódicas del
tema principal: el azar, la identidad, el subconsciente, el propio acto de la
escritura…
En 2012 Paul Auster publicó Diario de invierno, en
realidad unas memorias motivadas por la sensación de que el tiempo se acaba: “Se
ha cerrado una puerta. Otra se ha abierto. Has entrado en el invierno de tu
vida”. Por causas y azares varios, el libro llevaba tiempo esperándome en la
estantería. Lo cogí para hojearlo el otro día y ya no lo pude soltar. La prosa
de Auster es adictiva y esta obra refleja, de un modo íntimo y cercano, su
personalidad, su forma de mirar e interpretar la realidad, algo que sus
lectores sabrán reconocer en toda su obra. También nos habla de la escritura y
la música, “El acto de escribir empieza en el cuerpo, es música corporal”, “Andando
es como te vienen las palabras”, “Escribir es una forma menor de danza”. Auster
camina y baila, nosotros escuchamos la música de sus palabras, su vida, la
nuestra.
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Thelonius Monk (1917-1982) |
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Art Tatum (1909-1956) |
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