PALABRA POR PALABRA. Una historia del "New Yorker"

Publicado en "La Opinión A Coruña" el día 9-7-2011 (enlace Suplemento Saberes)

Joseph Mitchell
La revista The New Yorker ha sido, desde su fundación en 1925, un referente de la cultura y del mundo intelectual estadounidense. Por sus páginas han desfilado las firmas de muchos de los grandes escritores norteamericanos de siglo XX y, sin duda, su apuesta por el relato corto supuso el descubrimiento de grandes maestros del género. Algunos de ellos publicaron en las páginas de la revista sus primeros cuentos y ganaron sus primeros dólares como escritores: J.D. Salinger, John Updike, John Cheever, Raymond Carver… Pero los contenidos y el estilo del “New Yorker” van más allá de su gran aportación al mundo literario. Una nueva forma de entender el reportaje periodístico hizo posible que, en 1965, Truman Capote publicase en cuatro entregas su “novela de no ficción” A sangre fría. Desde sus inicios, The New Yorker apostó por el carácter literario de sus textos y por tratar de reflejar el pulso social e intelectual de Nueva York. De este modo, el periodista Joseph Mitchell (1908-1996) se especializó en reportajes acerca de los más variopintos personajes que habitaban La Gran Manzana. Retratos literarios como el de Joe Gould, “el último bohemio”, un licenciado en Harvard que, dispuesto a escribir una obra excelsa e inabarcable, un proyecto literario sin precedentes, decidió vivir de la mendicidad y dedicar todo su tiempo a su trabajo. Escribía en los bancos de las calles, en las aceras, en las cafeterías... Muy conocido en los círculos artísticos de Greenwich Village, pintores y escritores le ayudaban económicamente. Solía ser habitual verlo borracho, imitando el vuelo de las gaviotas. La obra a la que había entregado su vida era La historia oral de nuestro tiempo, una suerte de enciclopedia de las gentes de Manhattan, conversaciones cogidas al azar, biografías, anécdotas… algo inmenso y, desde luego, misterioso, ya que nadie había leído más que partes sueltas o breves fragmentos. Joseph Mitchell se entrevistó con él en diversas ocasiones y escribió dos reportajes para The New Yorker. Uno, en 1942, El profesor Gaviota, y otro tras la muerte de Joe Gould, en 1964, El secreto de Joe Gould, título bajo el que Anagrama recogió ambas crónicas en un libro publicado en 2000. El resultado es un maravilloso relato de “no ficción” con todos los ingredientes de la mejor ficción; inconfundible estilo “New Yorker”.











Comentarios

  1. Magnífico libro "El secreto de Joe Gould". Como tantos otros que he leído, y leeré, por recomendación de tu excelsa pluma y de tus amistosas palabras. Salud.

    J.A.

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