Inquilinos, los últimos parias
19-3-2025 Leer en DIARIO DE SEVILLA El llamado problema de la vivienda en España, más conocido por quienes lo sufrimos de primera mano como el fraude de la vivienda, cuando no como el atraco o el crimen, y casi siempre como el despotismo de la vivienda, ha tomado ya en los últimos años el cariz medieval del feudalismo con derecho de pernada. Por alguna razón, desde que yo tengo uso de ella, los diferentes gobiernos del país se han preocupado poco o nada de esta cuestión y, en todo caso, han ido agravando la situación con una torpeza y un (des)interés diabólicos, mirando siempre lo macro, los datos económicos abstractos, la economía del pelotazo, y olvidándose de las personas y del bien común. La obsesión colectiva por la posesión de vivienda en propiedad, auspiciada por leyes y beneficios fiscales, ha dejado siempre el mercado del alquiler como un asunto secundario, propio de gente joven sin demasiados recursos y pringados en general. Sin embargo, cuando estalló aquella pur...